Las Cajas de Ahorros son entidades que
nacieron en toda Europa como modelo de banca social, ética y
territorial frente a la usura bancaria, y han
desempeñado un papel fundamental en la historia relativamente reciente de este
país como agentes para la inclusión financiera de las capas más desfavorecidas
de la sociedad y para la articulación territorial del Estado, revirtiendo
además beneficios a la sociedad a través de sus Obras Sociales.
La reestructuración del Sistema
Financiero español que se pretende, al amparo de una crisis que ya se ha
llevado por delante 35.000 puestos de trabajo en el Sector desde 2008, ha acabado por revelar la agenda oculta de los poderes
económicos para el deliberado desmantelamiento programado de estas
entidades, con la complicidad de presuntos servidores públicos,
administradores, gestores y auditores.
Un desmantelamiento indecente y
obsceno, que ha provocado el drama inaceptable de los deshaucios y una dura quita
inmoral para los ahorradores y ahorradoras poseedores de preferentes y
obligaciones, títulos con los que el Banco de España indujo a capitalizarse a
las Cajas de Ahorro, ignorando después su valor, a causa de lo cual la CNMV
cerró los mercados en que se negociaban, provocando esa quita.
Un desmantelamiento detrás del cual
se pretende encubrir, también, una maniobra para facturar a
terceros las responsabilidades de aquellos cuya letal demora en
reconocer la crisis ha puesto en peligro la propia recuperación, así como la de
quienes pretenden salir de ella con las mismas obsoletas recetas liberales disfrazadas de modernidad con las que pretenden
privatizar los servicios públicos y acabar con el Estado del Bienestar que
tanto ha costado construir.
Una estrategia para ocultar la
tardanza interesada en adoptar medidas para una reestructuración ordenada del
sistema financiero, que va a encarecer notable e innecesariamente la factura de
esa reestructuración, y que ha provocado el colapso del crédito del que
dependen las pequeñas y medianas empresas de este país, a muchas de las cuales
han abocado al cierre siendo entidades viables, incrementando sin necesidad las
cifras dramáticas del desempleo en nuestro país.
La reestructuración del Sistema
Financiero español pretende condenar al paro injustamente a 15.000 trabajadores
y trabajadoras más, bancarios, que no banqueros, que no han hecho otra cosa que
cumplir con su trabajo en condiciones extraordinariamente difíciles, mientras
los responsables del desastre quedan impunes y, muchos de ellos son
indemnizados con importes millonarios y recolocados en grandes empresas, como
Telefónica; en contraste con las cicateras medidas que pretenden imponer a los
trabajadores y trabajadoras del Sector.
La reestructuración del Sistema
Financiero español que se pretende va a provocar la exclusión del acceso a los
servicios financieros de parte importante de la población y el desarrollo
asimétrico de los diferentes territorios del Estado, llevándonos al desequilibrio
de tiempos que creíamos felizmente olvidados.
La reestructuración que pretenden
pone además en riesgo la propia viabilidad de las empresas nacionalizadas,
puesto que obliga a encarar el futuro con una plantilla empobrecida y a la que
han contribuido a criminalizar, en el marco de una estructura empresarial a la
que se privaría, en nombre del sacrosanto principio liberal de la competencia,
de oficinas rentables y áreas de negocio que necesitan para devolver su inversión
a la sociedad, responder de sus obligaciones con sus clientes y cumplir su función
como agentes capaces de restaurar el flujo de crédito, que es una condición imprescindible
para empezar a salir de esta crisis. En este sentido, exigimos a los actuales
responsables de estos bancos nacionalizados –FROB-Banco España y el propio Gobierno-
que asuman su responsabilidad y rectifiquen su posición en relación con estos planes
agresivos, desproporcionados y antisociales que están planteando en el Sector.
La reestructuración del Sistema
Financiero español que se pretende implica, en definitiva, la socialización de
las pérdidas y la privatización de los beneficios futuros, sin explicar en beneficio
de qué turbios intereses se han creado las condiciones para acabar hundiendo empresas
a golpe de decreto, con los reguladores y supervisores mirando para otro lado, cuando
no legislando a favor de obra, y pasarle la factura a la clientela, las
plantillas y a la sociedad, a la vez que se corre el riesgo de crear un
oligopolio en el Sector al concentrarse el sistema financiero en muy pocas
entidades con un gran poder y control sobre el mismo.
Los trabajadores y trabajadoras del
Sector no nos vamos a rendir sin luchar. Porque hay otra manera de hacer las
cosas sin dañar los intereses de la sociedad, de los clientes y de las
plantillas, que puede y debe ayudarnos a salir de la crisis. OTRA SALIDA ES POSIBLE.
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acompañada de una serie de medidas que hicieran esa IMPLICACIÓN, posible y efectiva: en caso contrario, se pide IMPLICACIÓN y se consigue, exactamente el efecto contrario:
desmoralización, pasotismo, resignación,...
Es difícil pedir IMPLICACIÓN a la
plantilla:
Si los OBJETIVOS, son por
exigentes, inalcanzables y se utilizan como instrumento de presión, en vez de
gestión.
Si ves todo el día a tu director/a metido en el despacho
haciendo reports de por qué no se han conseguido los objetivos y quien es el
culpable.
Si alternativamente a la realización de reports, tienes
que asistir constantemente a reuniones o audio conferencias, para explicar el
report que has enviado y, sin apenas tiempo, volver a pedir IMPLICACIÓN y... COMPROMISO.
Si llegas a coger miedo a abrir la
agenda por lo que pueda llegar...
Si se entiende como falta de IMPLICACIÓN, cuando alguien se niega a dedicar el fin de semana y su
tiempo libre a ferias, a hacer llamadas o eventos varios.
Etc., etc.,. etc.,...
Cuando cada vez hay menos nóminas circulando y cada vez
hay menos dinero en manos del público, por reducción de las nóminas que quedan
o aumento de tasas e impuestos, acusar de falta de IMPLICACIÓN a no conseguir objetivos “cuasimposibles”
es la solución cómoda, de quien desde su bonito despacho de Paraíso
parecen haber perdido el contacto con la realidad.
Desearíamos ver más imaginación en nuestra Dirección y más
IMPLICACIÓN de ellos con la realidad de las oficinas y de la sociedad
actual.
Que dejen de guiarse por tanto estudio ad hoc y tanto
power point y que atiendan más, o incluso que escuchen, las explicaciones que
dan los que están en la Red, los que están en contacto con la realidad del día
a día y no de las encuestas y estudios hechos a la orden.
Si la plantilla
percibimos más realismo en los objetivos, más sensatez en los métodos y más
respeto a las personas y a su tiempo libre, tal vez sea más fácil convencernos
de esfuerzos suplementarios. Y si además son debidamente reconocidos....