Cuando lees o te enteras de cómo se está
trabajando en el sector, en lo que queda del sector, te das cuenta que lo que
pasa en iberCaja no es ninguna novedad, ni siquiera somos imaginativos, tampoco
en eso.
Ya seas entidad grupo “0” , intervenida del todo o medio
pensionista, el problema no es de los empleados del sector que no venden los
seguros que debieran o que no colocan esos “chollos” de pisos que todos tenemos
en oferta.
El problema es que no hay. No hay dinero, hay
poca actividad, no hay financiación,... no hay. Y una entidad financiera, es
una empresa de intermediación: si no hay, o hay poco que intermediar... la
cantidad del trabajo sufre.
Por muchas citas que salgan en el correo, por
muchos reportings que haya que hacer cada día o cada hora, no se trabaja más.
Solamente se llenan estadísticas.
Y hacer estadísticas para ¿demostrar? lo que es
obvio, es una forma como otra cualquiera de perder el tiempo, los nervios, las
maneras,...
Ya lo decíamos hace unos días: no podemos ir a
trabajar más pendientes de contestar reportings, citas y demás martingalas que
de hacer negocio. No podemos pasarnos la mañana encerrados en el despacho (los
que pueden encerrarse) contestando emails y a las 3 de la tarde día si, día
también, pedir explicaciones de por qué si o por qué no, se ha hecho esto y no
se ha hecho aquello.
Echamos en falta en las oficinas más iniciativas,
más imaginación, más rapidez en las decisiones,... pero claro, ¿quién
contradice al Jefe Supremo? Y nos sobran emails, reportings diarios, citas,...
aunque alguno justifique así su puesto ante el Jefe Supremo.
¿Es correcto que entre oficinas se
pasen “trucos” para cumplir los objetivos con ingeniosas trampas?. ¿Es correcto
decirle a un cliente, por mucha confianza que tengamos con él, que le mandamos
una encuesta en la que “necesito
un 8,5” para lograr empatia del cliente, y sacar “nota”, y quedar bien en
la encuesta de calidad? Y todo esto y más se hace ¿por miedo al superior o para
engañarle?. Pues estamos haciendo un pan como unas....
Por no hablar de las visitas del
observador experto, que ya te avisa tu Jefe de Zona de que esta pasando, como
es y lo que esta preguntando. Para que vayas preparando las respuestas y la
documentación que hay que entregarle. Luego se sorprenden de lo bien que han
salido, en sintonía con su zona y tu territorial. Igual era un gasto evitable,
dada su “objetividad”, “sorpresa” y “fiabilidad”.
¿Puede un Jefe de Zona alardear de
que él puede hacer en diez días tres cursos, porque va a planificarse su
agenda, y presionar así a sus subordinados? Él que se puede encerrar en su
despacho, tres cursos, y que hay de tiempo para hacer hasta septiembre, fustiga
a sus empleados diciéndoles que él los va a hacer en diez días.
Ole sus c... aprichos.
Ni son formas, ni son maneras de
hacer las cosas... pero doctores tiene la Iglesia.
Callar y asentir, reunión tras reunión en las
zonas, en las Territoriales o en la Red, no es la solución. Y la historia
reciente del sector financiero demuestra que el resultado de esta “medicina”,
de esta forma de hacer las cosas, NUNCA
afecta a los doctores de más arriba del
escalafón: solo nos afectará a la
masa.