lunes, 16 de diciembre de 2013

¿Y TÚ? ¿CÓMO TE ENCUENTRAS?

El aumento de la presión por conseguir objetivos, el empeoramiento de las formas en que en muchas ocasiones se nos transmiten cómo debemos hacer nuestro trabajo, y la competitividad y rivalidad que se está propiciando, desde la propia empresa, entre los empleados de cada oficina, al haber cambiado el discurso “equipo”, por pedir a cada uno qué hace y qué no hace, está haciendo que se produzcan síntomas físicos que pueden indicar problemas en nuestra salud.


Si alguno de vosotros se siente identificado con los síntomas que describimos, nuestro consejo es acudir inmediatamente a un médico para intentar tomar medidas y prevenir que puedan llegar a más.

¿Cuáles son los síntomas del estrés?

1. A nivel emotivo: estados ciclotímicos, irritabilidad, nerviosismo no habitual, estados de confusión o miedo, episodios de ansiedad y depresión.
2. A nivel conductual: pérdida de afabilidad en el trato con los demás, aumento de los consumos de alcohol, tabaco o somníferos, variación brusca del apetito, risas nerviosas o llantos sin causa aparente.
3. A nivel del pensamiento: temor exagerado al fracaso, pensamientos repetitivos, autocrítica excesiva, disfunciones en la concentración y en la toma de decisiones.
4. A nivel físico: dificultad para conciliar el sueño, dolores de cabeza, tensión muscular, manos frías o sudorosas, problemas de espalda o cuello, respiración agitada, disfunción sexual.

Naturalmente todos estos síntomas, sin poner solución, suelen degenerar en un
empeoramiento progresivo de la salud, con un mayor riesgo de sufrir infartos.

Síntomas de infarto de miocardio.-

Evidentemente, la vida poco saludable que exige la empresa es un serio factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, jornadas que impiden las relaciones personales y la práctica de ejercicio regularmente, jornadas que fuerzan a tener que estar sentado de manera prolongada, jornadas que obligan a una alimentación rápida y poco equilibrada, jornadas que debilitan progresivamente las defensas naturales y que devienen en estrés laboral. Con este cóctel mórbido se hace imprescindible estar muy atento a los posibles síntomas de un infarto de miocardio:

1. Sensación de opresión, pesadez, incomodidad o plenitud en el centro del pecho, durante dos minutos o más.
2. Dolor que se extiende por el pecho hacia los hombros, el cuello, la mandíbula o los brazos y espalda.
3. Dolor de pecho asociado a confusión, mareos, desmayos, desvanecimientos, sudoración, náuseas, palpitaciones, respiración entrecortada, falta de aire repentina o sensación de ahogo.

Una vez que se llega a este punto, es muy difícil volver al punto de partida y dejar el marcador a cero.

Valora lo que es prioritario, cuando te vuelvan a llamar recordándote que en esa bonita hoja Excel tu oficina o tu nombre están señalados en rojo, cuando te digan que “tenemos que ser los mejores” o que no se puede consentir que “esa otra zona” sea mejor que “nosotros”. Mientras, otros se ponen la medalla.

En nuestra empresa cada día las edades son más altas, hace años que no se  contratan fijos a gente joven. Y por lo tanto la posibilidad de tener problemas de salud se incrementa. También debería ser más fácil decir NO.

Prueba, te sentirás mejor. Si tú cumples con tu trabajo de 8 a 15 nadie te puede decir nada, Te sentirás mejor. Si tu oficina tiene más cargas de trabajo que plantilla, la solución NO es que tú vayas por las tardes a “compensar”; si la oficina está mal gestionada, la solución NO es que tú metas más horas.


Piensa en tu salud y en tu familia.