martes, 8 de julio de 2014

¿HACIA DONDE VAMOS?

Hace tiempo que en las oficinas se ha transmitido un cambio de modelo, (palabra de moda)
y, aunque se esfuercen en explicarlo cada vez que tienen oportunidad, el mensaje no
termina de empapar en nuestra forma de trabajar, que por cierto, y no hay que olvidar, nos
ha llevado hasta donde estamos. Y no estamos tan mal ¿verdad?.

Antes de este cambio de “modelo” la figura del Director se encargaba de gestionar los
recursos humanos, vigilar y mejorar la Cuenta de Resultados, proteger los ahorros de los
clientes, captar nuevas cuentas y ser la imagen de la Entidad.

Los Subdirectores, a vigilar por el cumplimiento estricto de la Normativa, apoyar al Director y
proteger el buen funcionamiento de la oficina.

Los auxiliares, su caja lo primero ¡el cuadre es sagrado!, apoyo y diligencia en el trabajo,
buenas relaciones con los clientes, dando y transmitiendo siempre confianza, seguridad,
honestidad y saber hacer.

Todo dirigido hacia el cliente, que debe ser el centro de nuestro trabajo, buscando esa
relación estrecha que nos ha permitido mantener nuestros principios, valores y de paso
ganar dinero. Como decía mi padre, ‘nunca olvides que a ti no te paga la Caja, te pagan
tus clientes’. Hasta que…

AHORA:

Directores: no gestionan nada, son teledirigidos por las Territoriales, que son las que
asignan los Recursos Humanos según Cuentas de Resultados. El resultado es que sólo se
cubren las bajas a las que está obligada la empresa (y a veces ni eso), pidiendo
“comprensión y generosidad“, palabras, sólo son palabras. Manda el “Presupuesto” (si me lo
presentan me lo cargo). Vamos, que las territoriales hacen encajes de bolillos con el
personal y en las oficinas rezando todos los días para que no tengan a nadie de baja, porque
no la van a cubrir por el dichoso presupuesto. Todo está dirigido por políticas Cortoplacistas,
Objetivistas y Oportunistas, y todos tenemos en la cabeza las formas que tienen de
conseguirlo.

Protección de los clientes”: Nos dicen que ya les protege el sistema, que para ello está el
SIOC y el Test de Conveniencia y el de Idoneidad y…y… y… vamos para volverse locos.
Tienen que salir a captar empresas, B.P………… es decir captar, captar y captar, rellenar el
fichero CPOT y, sobre todo, contestar las citas, no sea que venga alguien de fuera y tenga
que decirnos la manera de hacer las cosas.

Subdirectores: A por los clientes de la oficina, a por ellos, mover el pasivo, llevar a los
clientes a contratar productos que cumplan el ERA (que cada año cambia), que de todo lo
que no sea vender, sobre todo seguros, ya se preocupan otros.

Auxiliares: más presión, reuniones en grupos reducidos, vender seguros desde caja, y no
perder excesivo tiempo con el cliente, si no tiene que contratar nada.

Es decir que tanto vendes, tanto vales, si no vendes ¿para qué sirves?

iberCaja ¿a dónde vas?, ¿a dónde nos quieres llevar?, ¿qué modelo buscas?. Este modelo
debemos construirlo entre todos, porque todos queremos que esto dure y que no perdamos
el empleo (aunque no vendamos todos los seguros que nos ponen). Suponemos que en el
punto medio está la razón, y ¿de verdad es tan bueno este modelo, cuando no hace más
que desmotivarnos y preguntarnos todos los días cuánto más podremos soportar?.

¿Es esto una política dirigida a deshacerse de empleados caros y cambiar los cargos
directivos más veteranos por otros más jóvenes, con menos salario, prejuicios y
preguntas? Lanzamos esta pregunta y esperamos que más de uno reflexione y reconozca
que las prisas en el sector financiero nunca han beneficiado ni a los empleados ni a los
clientes. Que éste es un negocio de tiempo y de no equivocarse, y hoy creemos que
estamos equivocando el modelo si lo basamos en la presión y en hacer que TODO gire en
torno a la Cuenta de Resultados y no en quien nos paga: LOS CLIENTES.


Sin acritud.

jueves, 3 de julio de 2014

TENGO QUE IR AL MÉDICO.....

Tener que ir al médico no es un deporte, ni un entretenimiento,... es una necesidad.

Y esa necesidad tendrá un motivo que valorará el profesional de la medicina. Si la Seguridad
Social te da cita, y no eres de los afortunados que tienes seguro médico (o no quieres
tenerlo) con mucha probabilidad esa cita con el especialista será por la mañana.

Sabemos de los problemas de plantilla, de que los objetivos y los compromisos no bajan en
verano, ni porque haya menos trabajadores, pero... si tienes que ir al médico, es porque
tienes que ir al médico.

Y también sabemos que, por regla general, los directivos de iberCaja no saben de medicina.
Así pues ¿quién es el cargo directivo o responsable de servicios centrales para decidir limitar
la necesidad de ir al médico de un trabajador?

¿Asumirá ese responsable (o irresponsable) el riesgo de que por limitar esa gestión, el
trabajador contraiga una enfermedad o empeore en su tratamiento?

Siempre que la cita médica sea por la mañana e imposible de cambiar la hora (Seguridad
Social) el trabajador tiene derecho a ir al médico. Lo que no tiene derecho es a que sea
cobrando, por lo que se le debería descontar el tiempo realmente dedicado a esa gestión.

Por eso es fundamental que cuando tengas que ir al médico pidas los justificantes del
tiempo que has estado en el centro médico, los entregues a tu superior jerárquico y punto.

No te dejes chantajear con que te descuenten un día de vacaciones. Esa es una postura
ridícula y retrógrada. Ahora que la legislación ya reconoce que no pierdes días de
vacaciones si estabas enfermo, ahora llega algún listo en iberCaja y te dice que pierdas días
de vacaciones para ir al médico.

¿Y si no te quedan días de vacaciones? ¿No vas al médico? ¿Y que responsabilidad tendría
la empresa que ha consentido, permitido o incidido en que para ir al médico tiene que ser a
costa de un día de vacaciones, si caes enfermo?

¿Puedes/debes dedicar a esto los días de asuntos propios? Si, siempre que no los hayas
consumido ya; y ¿vas a estar “aguantándote” hasta final de año, por si los necesitas para ir
al médico? Luego te dirán para utilizarlos en los últimos días de año que entonces son
malos días

Por regla general el sentido común impera en este tipo de gestiones y problemas, pero
siempre hay alguien que, presionado por las circunstancias, intenta matar moscas a
cañonazos.

Y esa no es la solución.