lunes, 28 de noviembre de 2016

SOLOS


Han asesinado a un director de Caixabank en La Solana (Ciudad Real). Han podido matar a otra compañera de esa misma oficina, pero logró esquivar el disparo, se ha librado por los pelos.
Desde UGT condenamos este criminal suceso y transmitimos nuestro profundo pesar y apoyo a familiares, amigos y compañeros por esta muerte innecesaria.
Le ha matado un cliente y los medios ya están especulando con las razones que llevaron al cliente a hacer esa locura.
Las razones, dicen.
Siempre que alguien decide poner a los trabajadores de banca en el punto de mira, y en este caso no es una metáfora, se buscan razones que lo justifiquen.
“Estaba desesperado”; “se sentía estafado”, “existían desavenencias” …
A nadie se le ocurre decir estas cosas cuando es un terrorista el que actúa, cuando un político es abofeteado, cuando les pegan a unos guardias civiles
¿Acaso está justificado el ataque a los empleados bancarios?
¿Acaso no merecemos ser defendidos como en cualquier otro sector?
¿Acaso podemos ser el pimpampum de los problemas de la sociedad?
Quizás la explicación sea que unos, los banqueros, necesitaban dinero (¡y mucho!) y otros, los políticos, necesitaban chivos expiatorios en los que la gente pudiese descargar su cabreo. Es algo que siempre ha funcionado ¡si hasta lo hacen los chimpancés!
Evidentemente no somos un colectivo simpático. “Trabajadores de cuello blanco” nos llaman, en un concepto de principios del siglo XX, que ya debería estar ampliamente superado por la evolución de la tecnificación laboral desde aquella época. Siempre se nos ha considerado privilegiados.
Nadie, ni siquiera nuestras empresas, de ahí esa obsesión por prolongar nuestra jornada laboral, considera que nuestro esfuerzo está al nivel de aquellos que realizan trabajos más físicos. ¡Qué ignorancia!

APÓYATE EN UNA ORGANIZACIÓN SINDICAL FUERTE.
 
Que ha habido sinvergüenzas en nuestro sector, pues como en todos los colectivos, y más en los estamentos superiores que en los que estamos de cara a los clientes o los que nos dan servicio directo en las centrales.
Pero claro tampoco nosotros somos nuestros mejores amigos. Cuesta mucho extender entre los empleados de banca la idea de colectividad, frente a la de individualidad que nos vende la empresa.
¿Pensáis que el director asesinado estaba al nivel de la alta dirección de las empresas?
¿Se le puede considerar CUADRO DIRECTIVO?
¿Os creéis que un director de oficina puede estar FUERA DE CONVENIO?


NO SEAMOS NUESTROS PROPIOS ENEMIGOS, DEBEMOS ESTAR UNIDOS. NADIE HABLARÁ DE NOSOTROS BIEN NI AUNQUE ESTEMOS MUERTOS.