A lo largo de la mañana del martes muchas compañeras y
compañeros volvieron a recibir un correo invitándoles a recapacitar y apuntarse
al curso de Agente Financiero Europeo.Decimos a recapacitar, porque todos ellos (como reconoce
el mismo correo)
ya expresaron su negativa a participar en el curso que
acredita dicha titulación, más exigente y compleja de la que acaban de aprobar
muchos de ellos hace apenas diez días. Ni una quincena de tranquilidad les han dejado.Parece que piensan
que la gente no es mayorcita. Se les pide a los receptores de la carta
que dediquen unos minutos a pensarlo, dado el “bagaje cultural y profesional” que presuntamente este curso
aporta, como si la gente no tuviera claro desde hace años cuál es su desarrollo
personal y profesional, a lo que aspiran como profesionales y al respeto que
esperan en lo personal sobre
sus decisiones. Por cierto, lo del “bagaje cultural
y profesional” la mayoría
de los anteriores participantes todavía lo están buscando.El escrito se
redondea con una memorable frase: tú
pones el esfuerzo, Ibercaja asume el coste. Todos sabemos que hablamos de
un curso complejo, exigente, que
requiere muchas horas de estudio, de simulaciones y un sábado de examen.
Todo eso a cambio de tres días de
vacaciones que sufrirá la ajustada plantilla del centro de trabajo del
participante. ¿De verdad que es la
empresa la que asume el coste?En fin, sobra esta invitación por reiterativa y por su tono paternalista. Todos somos mayorcitos y sabemos lo que hacer, donde
llamar y a que apuntarse. Limítense a la Información Diaria y dejen trabajar tranquilamente
a la gente, que ya es mayorcita y no tienen por qué contestar una y otra vez a
las mismas preguntas.
Desde la sección sindical de UGT en Madrid queremos brindar a todos los compañeros de Ibercaja, especialmente en Madrid, un nuevo lugar de encuentro para que podais comunicarnos (y comunicar a todos) vuestras inquietudes.
miércoles, 21 de marzo de 2018
lunes, 19 de marzo de 2018
A ESCONDIDAS
Un asunto tan
importante como la aplicación de un ERE,
debería abordarse desde la mayor transparencia e información posible a los afectados, es decir, a toda la plantilla de la empresa
sobre la que se aplica tan excepcional
medida.
En el caso de
Ibercaja, las secciones sindicales
firmantes del ERE han decidido no informar a todos los afectados y si limitarse
a su grupo de conocidos, amigos, familiares y afiliados, a los que han
informado con puntualidad de próximas salidas, posibles cierres, vacantes para
salir que pueden quedar sin cubrir, etc.
Nada que
objetar, si esa información se traslada a tus afines con mayor inmediatez, para
luego compartirla con el resto, pero eso ni ha pasado
esta vez, ni ha ocurrido
con ninguna de las comisiones celebradas con anterioridad, lo
que no invita al optimismo.
La verdad
es que tanto sigilo tiene su lógica. La primera fase de cierre de oficinas
al amparo del ERE
(recordemos que hablamos
de un ERE sin justificación ni económica ni organizativa) se saldó con casi
cincuenta despidos traumáticos por
movilidad geográfica, algo de lo que no se puede estar muy orgulloso si
viene avalado con tu firma. Debe resultar muy poco reconfortante hablar de ello
ni en público ni en privado, de ahí su paso de puntillas sobre tanta porquería.
Esas tenebrosas siluetas con las que recordábamos cada ronda de despidos,
esperamos que les sigan persiguiendo.
Ahora, tras unos meses de calma, se inicia una segunda fase en la que se adivinan algunos
agujeros negros. Según informan los sindicatos firmantes, quedan 17 plazas por adjudicar en este ERE. En principio podrían necesitarse
para nuevos despidos traumáticos por el cierre de más oficinas. Si después de
ese nuevo proceso quedan aún bajas por asignar para completar el ERE ¿Qué pasará con esas vacantes?
Pues
esos huecos pueden quedarse sin cubrir o recurrir ordenadamente a esa multitud
de solicitudes no atendidas. A nosotros nos parece inaceptable, pero por si os sirve
de pista, alguna sección ya ha puesto por escrito (y por lo visto lo da por
bueno) que será Recursos Humanos quién
decida libremente, sin criterios objetivos
ni nada que lo parezca. ¿A que huele eso? Pues que si hay algo
que repartir será entre amigos y conocidos de ambas partes. Que haya algún
importante responsable sindical de una sección firmante dentro de esos posibles
repescados ¿Terminaría por justificar tanto silencio? Veremos.
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