jueves, 10 de mayo de 2018

EL EFECTO PIGMALION


Para algunos directores de zona, el Efecto Pigmalión les sonará a poco o nada, como a muchos de nosotros. Pues aprovechemos para conocer un poco más sobre ello y así comprobar el escaso uso que hacen nuestros superiores de dicho fenómeno. El Efecto Pigmalión proclama el poder de las expectativas y su influencia en las conductas. Esto es, como las previsiones de los dirigentes sobre sus subordinados pueden generar en estos un aumento del rendimiento. Pero claro esto no surge de forma gratuita, se basa en un incremento de la autoestima y la creación de efectos positivos en los demás. En resumen: Si alguien nos valora, nos anima o considera que somos capaces de alcanzar un objetivo, estará contribuyendo a que generemos creencias positivas acerca de nosotros que nos permitirá alcanzar el éxito perseguido. Pero claro, en IberCaja, aquí es donde se nos cae la torre de la baraja de naipes. No se dan cuenta que el empleado necesita la aceptación de sus jefes, la confianza de y en ellos para realizar su trabajo. Lo que NO necesitamos es que nos estén constantemente cuestionando, las actitudes indiferentes, la desmotivación, el estricto uso de la jerarquía cual sociedad medieval, etc… ¿y por qué? Pues a estos “almas de cántaro” hay que explicarles que puede tener un efecto negativo en la cantidad y calidad del trabajo con su consiguiente disminución.Las bajas por depresión en los países de la OCDE suponen un 4% del PIB. El efecto Pigmalión puede ser un buen jarabe contra ello. La depresión, la ansiedad y el acoso laboral (mobbing), representan diferentes tipos de lesiones anímicas. Todas ellas están en gran medida provocadas por el ambiente laboral y nuestros superiores son directamente responsables de ello.Con la ampliación del artículo 173 del Código Penal, se iguala el acoso laboral a otro tipo de torturas y delitos contra la integridad moral.Por lo que desde aquí os animamos a estar alerta contra el acoso laboral, sea por exceso de superioridad sobre el empleado como por acoso moral. Y animamos a nuestros responsables a buscar el EFECTO PIGMALIÓN, estamos seguros, que el efecto les sorprenderá.