jueves, 21 de enero de 2010

DIFICIL DE EXPLICAR

Hace mas de un año que se firmó el protocolo sobre acoso laboral y sexual. Y todavía recordamos las palabras del Director de Recursos Humanos: “...no quiero acosadores en la Caja. Si conocemos algún caso lo investigaremos y actuaremos en consecuencia”

Palabras que confirmaban la filosofía del acuerdo. Lo que se intentaba era prevenir que se produjesen actuaciones contra la dignidad de las personas. Por eso UGT firmó el acuerdo, porque pensábamos que iba un paso por delante.

Ahora solamente faltaba aplicarlo. O mejor dicho, que no hubiese necesidad de tener que hacerlo. Y que si se conocía algún caso, se actuase en consecuencia.

Tenemos constancia de que nuestra Dirección ha tenido como mínimo indicios de un caso. Los hecho no son recientes. De hecho son anteriores a firmarse el acuerdo.
 
Está claro que hay que respetar la presunción de inocencia.

Pero también pensamos que, independientemente de la fecha legal de ¿prescripción?, el tema es lo bastante delicado y preocupante, para que cuando menos, se investigue. Si no, es DIFÍCIL de EXPLICAR.

No nos engañemos, la estadística demuestra que quién acosa una vez, probablemente, tal vez, lo vuelva a hacer. Y más si ve que la actuación de quién debería sancionar es, simplemente, poner paños calientes y mirar hacia otro lado.

Y también pensamos que no se favorece a las personas a las que se ha implicado, cuando no se investigan los hechos. Los rumores se extienden fácil, tengan o no base de verdad. Alguien acusado injustamente, lo que debería querer es que se pruebe su inocencia. Y, por el contrario, si la acusación tiene una base de verdad, habría que actuar en consecuencia.

Evitamos así que se mire con suspicacia a personas y que sus compañeros se pregunten ¿será verdad?. Y que las compañeras tengan dudas de entrar solas a “ese” despacho o de estar a solas con alguien.

Por eso no entendemos la negativa, reiterada, a investigar qué pasó realmente. Independientemente de cuando pasara.

Este tipo de acuerdos se firman para actuar, esclarecer y sancionar, si procede, posibles hechos de acoso. Si no, no sirven para nada. Sólo son papel mojado, difíciles de explicar.

miércoles, 13 de enero de 2010

YA ESTAMOS TODOS

Primero fue UGT; más tarde CC.OO.,... CSICA,... y ahora el nuevo sindicato del convenio de ahorro, el CIC, se ha manifestado ya también en contra de que la solución para la reestructuración del sector de Cajas de Ahorros pase por un Sistema Institucional de Protección (SIP) con o sin ficha bancaria.

Nos congratulamos de ello; pocas veces se consigue una unanimidad así en un tema tan complejo y tan importante. Los responsables económicos y políticos de cada nivel de la administración deberían tomar buena nota de ello.

Desde UGT queremos insistir en el mensaje central de nuestra oposición a un SIP. Mientras nadie nos demuestre lo contrario, un SIP es el principio del fin de las Cajas de Ahorros que se integren en esa operación.

Es la solución para que malos gestores se eternicen en nuevos puestos bien remunerados; es la solución para que politiquillos de medio pelo sigan teniendo dietas y prebendas; es la solución para que responsables económicos se “laven” las manos, etc., etc.,

Pero no es la solución para trabajadores y clientes de esas cajas, que poco a poco, verán desnaturalizarse esa entidad, porque “desde fuera” les dirán lo que pueden o no pueden hacer; lo que pueden destinar a Obra Social; los préstamos que puedan dar; los intereses que pueden pagar, etc,... y entonces ¿qué quedará de aquella caja?

Por todo ello, a la reestructuración del sector aSIP, UGT dice NO.