Algunos
responsables deben pensar que en el interior de las oficinas existe un duende
maligno que constantemente sugiere a los empleados que no se haga tal o cual
producto.
Deben
pensar que el grado de abducción nos hace ser incapaces de seguir sus
instrucciones.
Deben
estar seguros de que es tal el grado de aturdimiento que necesitamos una fuerte
impresión para salvarnos de las garras de ese geniecillo.
Solo
así se entiende el mal tono y las lamentables formas con que se dirigen a los
empleados. Solo así es explicable la falta de respeto con que algunos se
dirigen a sus subordinados. Solo así se justifica que se dirijan a nosotros
como si fuéramos niños pequeños y ellos nuestros padres.
Nos
gustaría pensar que ellos NO son dueños de sus actos y que están subyugados por
una bruja que les hace actuar de esta forma.
Sirva
esta circular para sacarles de esa atadura y despierten de su hechizo.
Todos
somos adultos y merecemos ser tratados como tales con EDUCACIÓN y RESPETO.
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