martes, 9 de junio de 2015

MAÑANA TE PUEDE PASAR A TÍ

El cierre de oficinas anunciado hace unos días, sustentado en el ERE de extinción y firmado por CCOO CSICA y ACI, empieza a poner de manifiesto las graves deficiencias del acuerdo en materia de movilidad geográfica.

La mayoría de dichos cierres se sitúan en Zaragoza capital y su área metropolitana. Por lo que hemos podido comprobar en las visitas a esos centros, las oficinas de Zaragoza capital están recibiendo un mensaje tranquilizador, en el sentido de no verse afectados por una medida de movilidad geográfica. En cambio, las de la zona metropolitana, situadas a poco más de una decena de kilómetros de la capital, no están teniendo la misma suerte.

A una parte importante de sus plantillas (los que no van a pasar junto con el negocio a la oficina receptora) ya se les ha mostrado, con toda la crudeza, la realidad del ERE: “de cero a trescientos kilómetros podemos mandaros dónde queramos”. ¿300?, e incluso más, según lo acordado.

Como ya advirtió UGT, el texto del acuerdo no recoge garantía alguna de recolocación en el puesto más cercano para quienes ven como se cierra su oficina. UGT insistió durante todo el periodo de negociación del ERE, en la necesidad de fijar limitaciones a la  movilidad geográfica. Por ese motivo, incluimos en nuestra propuesta una condición de proximidad que, ni empresa, ni sindicatos firmantes, quisieron asumir.

Por tanto, como advertimos en su momento, es falso que haya un control sindical real sobre los traslados, tal y como ha comentado algún dirigente sindical. Así que algo habrá que hacer, antes de que la cosa no tenga remedio y las decisiones sobre esos compañeros y compañeras sean definitivas.

En primer lugar, recordemos las palabras de nuestro Consejero Delegado, en la convención de directivos, en cuanto a que iberCaja debería ser una “empresa amable” que favorezca la conciliación”. Esperemos que no le hagan quedar mal y, pese a tener en su mano un arma letal cargada por algunos sindicatos, se use esta medida con mesura, sensibilidad y sentido común.

En segundo lugar, los sindicatos firmantes deberían hablar con los posibles afectados, pasar por las oficinas, que les están esperando, conocer su problemática, en definitiva, dar la cara. 

Por último, nosotros. Porque aunque no hayamos firmado dicho acuerdo, tenemos la obligación de recordarles a todos y cada uno su responsabilidad y de contaros a todos, para bien o para mal, lo que está ocurriendo.

Puede que un problema que solo afecta a una docena de personas, le parezca a alguien poco relevante dentro de un colectivo tan amplio como es la platilla de iberCaja. Un daño colateral sin mucha repercusión, que la empresa y los sindicatos firmantes pueden asumir sin que se remueva mucho el patio. A nosotros, no nos lo parece, porque aunque no lo creas, MAÑANA TE PUEDE PASAR A TI.

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