miércoles, 1 de febrero de 2017

SERVICIO DE CAJA

El servicio de caja es un servicio básico ligado a la apertura de una cuenta en una entidad bancaria y el BdE y la Ley de Servicios de Pago permiten prestarlo de muy diversos modos.

Las entidades están obligadas a dar a conocer a sus clientes la forma en que se presta y a comunicar con suficiente antelación las modificaciones que se pretenden implantar. Si se limitan o se excluyen ciertas operaciones (importes por debajo de cierta cantidad), los otros canales deben cumplir los mismos requisitos que si se realizan por ventanilla (fecha valor, disposición de los fondos, uso de moneda fraccionaria de curso legal…)

A la vista de la nueva “Campaña Autoservicio de 2017”, la Dirección no se atreve a fijar la limitación en la normativa, bien porque le supone un esfuerzo económico y tecnológico o porque no quiere o no puede asumirlo. En su lugar, prefiere trasladar su responsabilidad a la plantilla que mediante “recomendaciones”, “sugerencias”, se ve obligada a cumplir con un objetivo medible en su retribución variable.

La carga de trabajo, una vez más, recae en los empleados de las oficinas y dentro de las oficinas en los puestos de caja (desde la perspectiva de la empresa puestos totalmente prescindibles pues aportan cero valor añadido).

Este tipo de campañas vienen a reflejar el total desconocimiento de sus creadores de una parte importante de nuestra clientela (edad y perfil de clientes con ingresos bajos y poca capacidad de adaptación a los cambios) y de la sobrecarga sufrida en las oficinas (a la que a la disuasión que habrá que hacer desde el puesto de caja cliente a cliente hay que añadir en su minificha el porqué de su negativa, en caso de que la hubiera).

El cliente, ese ser que nos da de comer pero que parece que últimamente molesta su presencia en la oficina, salvo que sea llamado para colocarle algún producto de oferta semanal, se encuentra en un primer momento con la “obligatoriedad” en las operaciones de efectivo de utilizar los “canales alternativos”. Primer peldaño de una larga escalera que le llevará a una independencia y a un desarraigo de la oficina tal, que le puede hacer replantearse la relación con la entidad.

Por otra parte, los máximos responsables de la Entidad hacen gala de nuestra fidelidad a los principios fundacionales, preservando nuestros valores, nuestra vocación social y nuestro compromiso con las personas y los territorios de actuación.
  
¿En qué quedamos?

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