martes, 26 de junio de 2018

SIN NINGUN RUBOR


Ya advertíamos el pasado mes de marzo, en nuestra circular titulada “A escondidas”, que tanto secretismo en cuanto al ERE y su aplicación, no iba a traer nada bueno. Hacíamos entonces un relato de la fase de cierres, los despidos y movilidades que se habían producido y anticipábamos un posible problema: había plazas del ERE sin cubrir y un numeroso grupo de solicitantes de dichas plazas a los que se les había negado su salida. Las cifras al final no iban a cuadrar y eso podía desatar las suspicacias. Teníamos una porra en esta sección sindical en cuanto a un posible beneficiario de una de esas plazas para salir. Solo unos pocos ingenuos apostábamos a que no iría a parar a un importante cargo de CCOO, que intervino muy directamente en la negociación del ERE, autoproclamándose en algún momento como el portavoz de los que querían firmar y ejerciendo como tal en las últimas y decisivas reuniones. No queríamos admitir que, en realidad, tanta pasión en defensa de un ERE escondía ya entonces un futuro beneficio personal. Pero amigos, ese grupo de románticos hemos perdido la apuesta. Vemos atónitos como dicho elemento ha hecho valer su contumaz trabajo para que este ERE saliera adelante y ha conseguido salir de la empresa, por delante de un centenar de compañeros que estaban, no ya en sus mismas condiciones laborales, si no en mucho peores. Al fin y al cabo, su liberación le mantenía alejado de la pesadez de las filas o el reporting. Su excelente salud y aspecto tampoco parece que demandaran este tipo de “solución”, que si agradecerían algunos compañeros o compañeras de muy precaria salud y misma edad. Sin ningún rubor ha pasado por delante de todo el mundo. Saben que estas corruptelas, los transfuguismos y demás conductas poco edificantes en realidad no pasan factura. Triunfa la desinformación, la posverdad o directamente la calumnia. Enfangados como estamos en el trabajo diario, las circulares o los correos contando estos lamentables episodios, apenas encuentramos un hueco en nuestras agendas y por tanto no tienen mucha repercusión. Es una pena que estos hechos den la razón a quiénes desconfían de aquello que huele a altruismo o de cualquier sentimiento de clase en el panorama sindical de Ibercaja. Menos mal que quedamos un irreductible grupo de románticos reincidentes bajo estas siglas y esperamos que algunos más en el resto. En ese caso, hazte notar compañero o compañera, que este grupo y el futuro de la plantilla te lo agradecerá. Tanta porquería no puede salir gratis.

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