miércoles, 26 de septiembre de 2007

y... ¿de trabajar QUÉ? ( y II) DECIDIRSE RÁPIDO FUNCIONA


En su libro “Buenas impresiones. La inteligencia del
inconsciente. (Viking, 280 páginas)” Gerd Girenzer
asegura que a
menudo la intuición triunfa sobre las razones sesudas. El autor dirige
el Centro de Comportamiento Adaptado en el famoso Instituto Max
Planck de Berlín. Sus tesis se parecen a las del bestseller de Malcom
Gladwell sobre “El poder de pensar sin pensar” (2005),
precisamente porque Gladwell se apoyaba en las investigaciones de
Gigerenzer. El científico va más allá, explicando por qué nuestras
buenas impresiones son con tanta frecuencia correctas, aunque no lo
escriba tan bien como Gladwell, que al fin y al cabo es una estrella del
“The New Yorker”.


La intuición, por lo que parece, no es una reacción química
mística, sino una conducta basada en el sistema nervioso, y que
garantiza una respuesta rápida ante un dilema (por ejemplo luchar o
huir).


Cuando hay demasiados datos, el proceso se colapsa.
Cuantas más variables consideramos, más difícil es dar con la
elección correcta: algo que sabe cualquiera que se halla puesto
a elegir frente a una balda de champús en un supermercado.


Nuestro cerebros toman el camino más eficiente hacia una
decisión, basándose en la experiencia y en una serie de reglas
inconscientes, desarrolladas a partir de nuestro nacimiento, para
enfrentarnos a nuestro ambiente físico y social.


Si empiezan a aparecer numerosas variables e
informaciones, el cerebro se vuelve lento o duda
. La sencillez,
dice Girenzer, es una adaptación evolutiva frente a la falta de certeza.
“Un problema complejo exige una solución compleja, nos
dicen. En realidad en ambientes impredecibles lo que sucede
es lo contrario”.


Girenzer presenta ejemplos de que las leyes de la
improvisación superan el análisis racional, como en el caso del
jugador profesional de béisbol, que no sabe porque le pega a la bola,
pero sabe que para pegarle tiene que seguir la bola con su mirada.
Inconscientemente, su cerebro hace todos los cálculos matemáticos
para acertar, basándose en la experiencia de cientos de veces que ha
golpeado.


Algo que Drew Westen aplica a la política en The Political Brain:
en las elecciones cuando hay colisión entre razón y emociones, ganan
las emociones y los votantes ignoran la lógica política.


(La Gaceta de los Negocios, 25/09/07. Catherine Arnst.)


En esta empresa, en iberCaja, existen demasiados informes, demasiadas
reuniones, demasiadas comisiones, para tomar decisiones que demasiadas veces
salen... regular o mal.


Y según cuenta “La Gaceta” parece ser que hay gente que se ha dado
cuenta de ello hace tiempo e intenta transmitir sus experiencias. En vez de tanta
consultora ¿vampirizando? y tanto papeleo “inútil”, lo que habría que hacer es
poner una Dirección con dos dedos de frente y alguna ración de sentido común.

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