miércoles, 19 de octubre de 2011

LOS MAS IN

Después del Pilar retomas los papeles que tienes sobre la mesa. Y el primero de todos es la última propuesta de la patronal para el convenio.

Nada más leerlo me viene a la boca el sabor de las arcadas. Y no es que el cuerpo esté recordando las fiestas. Fiestas que hasta hace nada celebraba todo el sector de las Cajas de Ahorros. Cuando el ladrillo tiraba de las cuentas, nuestros beneficios se disparaban, éramos la joya de la corona, y estábamos en todas las fotos como motor de la economía. Abríamos oficinas como setas, los planes estratégicos se copiaban de unas cajas a otras (la consultora que lo invento debió forrarse) y las monedas caían en nuestros balances como si a todos nos hubiese tocado la especial de las máquinas tragaperras.

Mientras los beneficios superaban ampliamente los dos dígitos, “currito” se conformaba con cobrar el IPC, y alababan nuestra responsabilidad. Con estos sueldazos, nos decían, contentos podíamos estar. Además, os vamos a firmar planes de igualdad, que después de la foto no se cumplirán, y planes de conciliación, que podremos disfrutar una vez que acabes el trabajo y salgan los objetivos, siempre mucho más ambiciosos que el año anterior. Como eran buenos nos daban un día de libre disposición que podíamos emplear para ir al médico.

Mientras tanto, con el esfuerzo de toda la plantilla, la retribución variable alimentaba como el mana la boca y el bolsillo de unos cuantos. Cuanto más alto estabas en la pirámide, más cobrabas. Maravilla de las matemáticas, mientras un director de oficina conseguía el 60%, su jefe de zona podía cobrar el 80%, su territorial el 90% y así hasta el infinito o más allá.

En las oficinas nos hemos cansado de patear promociones, vender seguros de dudosa competitividad, colocar productos de rentabilidad cuando menos dudosa, o cero seguro, o de ofrecer cosas que no las contrataríamos para nosotros porque un “ser superior” te gritaba ¡¡¡La Caja lo quiere!!! Y te pedía objetivos, primero cuatrimestrales, después mensuales, luego semanales y ahora diarios. Lo de la ética para saber lo que era había que consultarlo en el diccionario.

Mientras el viento nos empujaba todo lo bueno se debía a unos pocos. Los demás simplemente nos aprovechábamos de estar en el barco mientras ellos nos dirigían. Pero cuando las cosas van mal, ellos son inmunes y los culpables siempre son los remeros que no están lo bastante implicados.

Y ahora ¿qué nos ofrecen? Dos años de incremento cero absoluto, porque las cosas van muy mal (para algunos). Y después ya pasaríamos al convenio de banca, que es lo que queremos. Mientras nosotros nos subimos nuestros contratos blindados, lo que vamos a cobrar por unos objetivos que exigimos a otros, hacemos aportaciones millonarias a planes de pensiones y nos aseguramos estar en varios consejos de administración. Hay que sacrificarse para que esto tire para adelante. Y menos mal que quieren recortar que las dietas se hagan con billetes de primera. Como si para ir a trabajar fuésemos todos en el AVE. Ellos mantienen el coche oficial. La mayoría nos conformaríamos con que cuando vamos a sustituir a otro nos pagaran el viaje, o que no nos dijesen que hay que recortar gastos y que pasemos solo la ida. Ya se sabe, la empresa es de todos y tenemos que poner de nuestra parte.

Mientras quienes están hundiendo el sector con sus decisiones se van de rositas con sueldos exorbitantes, las fusiones son con los sillones pactados, cinco vicepresidentes, tres presidentes y uno honorario.

Y “currito” sin subir el sueldo, que la vida no sube,... como tampoco sube la luz, el agua o los alimentos. No sea cosa que se hunda la empresa (más). Quizás si a todos esos sinvergüenzas los llevaran a la cárcel por su mala gestión se preocuparían de los dramas humanos que van a dejar.

Pero eso a ellos no les afecta. Son los más IN: IN-útiles, IN-eptos, INcompetentes.

Y mientras se comenta que en el sector sobra gente, a ellos no les preocupa, saben que ni ellos ni sus amigos se irán de vacío.

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