jueves, 15 de marzo de 2012

NO ME SIGAS, NO ME APOYES


No me sigas. No me apoyes.

Ni siquiera hace falta que des soporte a mis siglas, a mi sindicato. Tampoco importa que no apoyes a cualquier otro sindicato. Incluso puedo entender que alguna vez te hayas sentido defraudado con los sindicatos. Y hasta te respeto si me dices con franqueza que no te gusta ninguno de los sindicatos.

Sólo te pido que te defiendas. Que luches por lo tuyo, y por tus compañeros, y por los que vendrán.

Los próximos meses, las próximas semanas, LOS PRÓXIMOS DÍAS… van a ser cruciales. Son cruciales.

No es un tema de sindicatos contra el gobierno.

En las próximas fechas se va a decidir el futuro de muchas personas. De personas como tú. Se va a decidir si muchos se marchan y quedan expuestos a un mercado laboral en crisis, es decir, con riesgo de quedar excluidos y con sus familias a merced de la pobreza. Se va a decidir si los que se quedan lo hacen en condiciones dignas, o sometidos a recortes continuos y arbitrarios en sus derechos. Se va a decidir si te recortan el sueldo, si te amplian el horario, si te roban derechos que has adquirido a lo largo de muchos años.

No es un tema de UGT y CCOO.

Debes hacerlo por ti mismo.

No es un tema de antigua lucha de clases ni ideologías que para ti, pueden estar caducas.

Hombre, quizás pensarás es que es verdad que las cuentas están muy mal y por eso han de recortar pero las cuentas se arreglan invirtiendo, vendiendo, innovando, siendo mejores, teniendo a los mejores.

¿Por qué entonces estas ganas de recortar? Porque el gobierno quiere decirle a Merkel: mire, he aplicado de forma inflexible sus medidas neoliberales. Soy el que más he atacado a los trabajadores.

Ellos ya cuentan que los sindicatos protestarán. Lo entienden como las reglas de juego. Lo que no cuentan es que TU, protestarás.


Está en tu mano ser sacrificado o seguir manteniendo un trabajo que te has ganado con tu esfuerzo. Está en tu mano mantener la dignidad del que sabe que no le regalan nada, que se lo gana día a día. Está en tu mano luchar para que este país, sea el de todos. Luchas para que esta sea primero una nación de personas, y no un balance y una cuenta de resultados.

Este país puede salir adelante sin sacrificar su razón de ser, las personas.

Expulsar personas, cercenar derechos, no hace mejor a España, sólo sirve a los objetivos personales e insolidarios de unos cuantos capitalistas.

No nos apoyes, no te afilies, critícanos.

Pero defiende tu dignidad, defiende tu puesto de trabajo. Mira a tu compañero, mira a tu lado, mira a los ojos de los son como tú trabajando codo a codo.

Es momento de ser valiente. No es momento de ser suicida. Es momento de determinación. No es momento del egoísmo. Me quedo sentado en mi silla, a ver si a mí no me toca. Esto no te va a servir. Es más seguro, para tí, luchar para que respeten a todos.

¿Hacer una huelga es costoso? Por supuesto. Te va a costar dinero. Te va a costar que algún compañero, que algún jefe, no comparta contigo y “te mire mal”.

No hacer nada aún va a ser más costoso. Te puede costar irte a tu casa con 20 días por año trabajado.

El gobierno no teme a los sindicatos. En absoluto. TE TEME A TÍ. Teme que muchos como tú digan basta a los abusos.

El gobierno no teme que 50.000 protesten. El gobierno tiene pánico a que 8.000,000 protesten.

¿Y se puede parar esto? lo puedes parar tú. Protestando, parando, sacrificando un día de sueldo en una huelga para ganar mil días de trabajo digno.

Puedes pararlo siguiendo las acciones convocadas por los sindicatos.
¿No quieres seguirlas? haz otras. Asóciate. Júntate. Comparte. Intercambia. Habla con el que tienes al lado. Ponte de acuerdo con muchos. Es más difícil pisotearnos si estamos unidos.

¿Cuál es el coste de quedarte en la calle? ¿tienes hijos? ¿hipoteca? ¿Piensas que volverás a encontrar trabajo rápidamente? ¿con 6 millones de parados? ¿y en qué condiciones?

¿Y mientras, qué hacen los sindicatos?

Lo que pueden. Tratando de buscar el mejor acuerdo. Sin que se rompa la baraja. Jugando con las cartas que tienen. ¿Cuáles son esas cartas? no muy buenas. Son las que les habeis dados con vuestras afiliaciones. Son las que les habeis dado cuando había una huelga y nadie iba. La suerte es que podemos forzar que se repartan nuevas cartas. Cada vez que convocamos un paro, una protesta, una huelga… estamos barajando y repartiendo. Volvemos a buscar un As que nos permita jugar mejor la partida.

Y otra vez depende de ti. ¿De quién si no?.

Y, ¿que puedo hacer yo? Soy muy pequeño. Puedes hablar, puedes mirar a tu compañero.

Vaya, otra vez la pelota en tu tejado, ¡Qué incómodo! Nadie dice que lo fuera.
¿Cómo iba a ser fácil resistir a eso?. ¿Cómo iba a ser cómodo?.

Lo que te has de preguntar es, ¿vale la pena?

Te has de preguntar si te mereces un país donde las personas, de verdad, son el valor fundamental.


No me apoyes. No me sigas.
Respétate. Respeta tu trabajo. Respeta a tu familia. Lucha.
No eres solo tú, somos todos y son nuestros hijos.

(Adaptación de una carta de un compañero de Caixa Penedés)

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