“Estimado Sr. Amado Franco:
Ante la falta de resultados de sus
gestiones, a la hora de intentar cumplir con las exigencias de capital
establecidas en la legislación, para mantener nuestra actividad: le rogamos que
a partir de la recepción de esta carta proceda a enviarnos al final del día las
gestiones diarias y los resultados obtenidos para la consecución de dicho
objetivo.”
Evidentemente esta carta no ha
sido enviada. Ni es nuestro cometido ni nos sentimos cómodos acusando a otros
compañeros (aunque sea el presidente) de desidia o de perjudicar a nuestra
institución. No como él que, en una entrevista (revista CAPITAL - febrero/2012)
sin la más mínima dosis de humildad y mucho menos de compañerismo, se despachó
a gusto: “decidimos frenar y cortar la
financiación (…). Y no fue fácil porque (…) teníamos a los directores de oficinas quejándose”. Vamos que estamos como estamos
pese a las oficinas.
Nosotros no queremos fiscalizar su
gestión, por ahora. Confiamos que está haciendo todo lo necesario para llevar a
buen puerto este barco, es su responsabilidad.
Sin embargo, tras el resultado de
la subasta de UNNIM, si fuéramos como sus subordinados intermedios
(territoriales y zonas) le pediríamos ese informe. Porque estos señores no entienden
que hay decisiones que no dependen de que lo hagamos todo bien o que planteemos
una buena oferta, sino que existen terceros, decisores (Banco de España) o
competencia (BBVA) que impiden lograr nuestros objetivos aunque nos hayamos
esforzado hasta el límite.
Ahora que ha sufrido lo que día a
día sufrimos en las oficinas, póngase en nuestra situación si encima tuviese
que hacer un informe para justificar su gestión y dé las instrucciones necesarias para que se abandonen estas prácticas
innecesarias y que no aportan ningún valor a nuestro negocio.
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