lunes, 17 de septiembre de 2012

¿...Y es posible un plan B ?


Después de 4 años de ser los más listos del lugar, de alardear de ADN, de solvencia y de fortaleza estamos a la espera de que unos auditores externos nos digan lo que valemos y para qué servimos.

No nos detendremos en analizar la actuación de estas empresas tasadoras, evaluadoras, auditoras y demás especies. El caso es que dependemos de lo que digan y cómo lo digan.

Todo el pasado “glorioso” no sirve para nada. En la fusión anunciada ni controlaremos el nuevo grupo, ni nombre, ni ADN, ni ná...

En esta empresa nos podemos encontrar con que, después de no haber aprovechado oportunidades y tiempo para reestructurar la plantilla o de aligerarla, ordenada y dignamente, vamos a ser los últimos en afrontar el adelgazamiento al que obligan losmercados. ¿Y en qué condiciones?

Por otro lado, a pesar de que se siguen cumpliendo los aspectos formales del proyecto de fusión, plan A, último conocido, han acaecido varios hechos en pocas fechas:

1) Las declaraciones imputadas a “fuentes de iberCaja” en algún medio de comunicación afirmando que en caso de tener que solicitar fondos con motivo de requerimientos de las auditorias externas, se suspendería dicho plan A y reclamando además la posibilidad de ir sola.

2) El RDL de 31 de agosto (RD 24/2012) sobre reestructuración de entidades financieras, contempla entre las tres actuaciones posibles la denominada “actuación temprana” por la que una entidad, aún recibiendo ayudas públicas, se considera que tiene la capacidad de que por sí sola devuelva esas ayudas en un plazo corto (dos años) y cumplir con los ratios de solvencia y liquidez requeridos, y


3) La página 19 de la Presentación Institucional que se está transmitiendo a la plantilla dice textualmente “iberCaja determinará (con toda la información disponible) la mejor alternativa para desarrollar su proyecto”. La “mejor alternativa” ¿indica que hay varias)

Por ello nos da por pensar si es que acaso existe la posibilidad de un plan B. La única ¿pega? a ese hipotético plan B apuntado sería que nos estaríamos olvidando del, hasta ahora, aspecto tan exigido del “tamaño”. Claro, que dicho plan también puede complementarse con la adquisición de activos de entidades en resolución o liquidación.

Parece que el próximo día 29, si no hay más contratiempos, retrasos o decretos, se tiene que decidir si hay plan A; en caso negativo se debería pasar a otros planes, creemos.

El escenario del plan A es previsible y a la vista de lo que está pasando en el banco del probable nuevo consejero delegado, auguramos un futuro... ¿entretenido?.

Para empezar cuestionamos la capacidad de gestión de este señor que en 18 meses de creación de Liberbank (3 cajas + 1 banco, escasos 4000 trabajadores), apenas había avanzado en el proceso de integración. ¿Sabrá gestionar LiberCaja (7 cajas + 1 banco, 8 culturas) con cerca del triple de plantilla y de problemas?

Y las formas “descubiertas” en el día a día del probable, garantizan la confrontación. Los sindicatos podemos liderar la confrontación, si no se atiende al diálogo y a la razón. Pero tendrá que ser la plantilla quién, llegado el caso, dé un paso adelante.

¿Es obligado y necesario, reordenar y replantear el negocio?
¿Y la única solución pasa por una fusión “a cualquier precio”?

Alguien debería hacerse, y contestarse, todas estas reflexiones o preguntas y transmitirnos a los trabajadores, más allá del rutinario PowerPoint, qué puede pasar después del día 29. Y si realmente existen posibilidades de un plan B.

No hay comentarios: