Hagamos historia: para los seguros de salud ha habido que esperar un
tiempo para poder hacer la contratación, lo que suponía no poder cerrar la
gestión con el cliente por no poder firmar nada, desconocer los precios finales
para 2014... Ya se sabe, nuestros clientes lo último que preguntan es ¿cuánto
me va a costar? (es curioso que se hagan campañas de productos que no se pueden
terminar de contratar).
En Mediación de Seguros no tenían muy clara la solución, pues su respuesta
era "vete
probando cada ciertos días hasta que te deje hacerlo".
Cuando por fin se pudo contratar, y ya uno tiene cierta experiencia, dejas
todo a mano para poder solucionar mas rápidamente los problemas que seguro,
seguro surgirán.
Llegado enero ves que la prima no se carga al cliente, y temes lo que finalmente
se produce, la llamada del cliente a preguntar. Iluso de ti, habías pasado
consulta al CAU, a Mediación... pero nada, una vez más la respuesta se pierde
en el tiempo y no acabas de conseguir una respuesta concreta.
El cliente se preocupa, tú le tranquilizas, le dices
verdades a medias o no toda la verdad, como algunos dicen que hay que hacer. (“Al cliente
no hay que mentirle, pero ¿necesita saber toda la verdad?”)
Finalmente por otra oficina, que ha podido contactar con
algún compañero de central, que conoce a uno, que toma café con otro... te enteras
de que la respuesta supera el esperpento más kafkiano que puedas imaginar:
"Es que hemos tenido tal avalancha de solicitudes de seguro que no nos ha
dado tiempo (¿ehhhh?, y ¿qué esperaban? con la campaña, las exigencias, las
presiones, las formas... No se
entiende,... si según los jefes eran pocos los seguros que
hacíamos).
A lo largo de enero se darán de alta y vaya malo ha de ser
que tengan que ir el médico este mes o necesitar una operación. Ya sería mala
suerte.
Así que ya se sabe, enero es un mes inhábil para ponerse
enfermo.
Pero.. ¿aún así se facturarán doce meses por el año?.
Estupor, miedo, incredulidad... perplejo y periclitado(*)
es como te quedas al oír esto.
Nuevamente, haciendo uso del párrafo anterior, le cuentas
al cliente la película del Hobbit, pero como él ya la ha visto te dice que “mira,
paso de Caser, aprovechando que también me han cargado mi Adeslas de toda la
vida sigo con ellos y paso de nuevas experiencias en temas de médicos”.
Lo importante es vender. ¿Sin precios?, ¿sin servicios?
¿sin apoyo?.
“Torea con los clientes, pero consígueme
resultados”. Luego, si hay quejas o problemas, ya estás tú para dar
la cara.
Profesional, todo es muy profesional.
Y mientras tanto siguen apretando.
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