miércoles, 14 de mayo de 2014

SE NOS ROMPIÓ EL AMOR

Va para dos décadas. Fue un amor a primera vista: juventud, frescura, ideas nuevas. Una nueva cara por las calles de Madrid.
Cuantas horas dedicadas a ella, después de jornadas duras de trabajo.....”de tanto loco abrazo“..... no teníamos ningún problema en pasar también las tardes por ella.
Cada mañana al llegar miraba con orgullo su logotipo.....”jamás pudo existir tanta belleza“.
Alguien me dijo: “jamás duró una flor dos primaveras“. Y yo no le quise hacer caso.
Como con todo en esta vida, pasó el tiempo para todos. Cambiaron las cosas para todos. “Jamás pensamos nunca en el invierno, pero el invierno llega, aunque no quieras“.
Pensaba sin embargo, que seguía siendo el mismo en el trabajo, pensaba que tenía la misma energía y .....”y una mañana gris al abrazarnos, sentimos un crujido frío y seco“.....¡ no, no eran los riñones !, era un primer hachazo en lo más profundo de la autoestima, cuando el Zona dijo que esforzarte “no es estar de 8 a 3, esforzarte es quedarte hasta las 8 de la tarde”.
Un segundo crujido, ¡ uf ! ¡ no era el cuello !, era una punzada en el amor propio, cuando el Zona dijo que “el sueldo hay que ganárselo y si no cumples los objetivos no se demuestra que te lo ganas “.
Pero si realmente, como dice la canción de Manuel Alejandro interpretada por Rocío Jurado.....”Me alimenté de ti por mucho tiempo, nos devoramos vivos como fieras“.....debe ser que era la hora de seguir alimentando a la empresa regalando tardes de reuniones, cursos, charlas, y si no había dinero para la gasolina había que rascarse el bolsillo propio. Había que sacrificar al cónyuge, hijos y padres ancianos para satisfacer fuera de nuestro horario la justificación de algún bienpensante que nos dice como vender después de más de veinte años de oficio y algún otro artificio para justificar no se sabe el qué.
Mis horas dedicadas a la empresa gratuitamente, obviando a la seguridad social y a la Hacienda Pública, por sacar aquel préstamo o hipoteca a nuestro cliente. Las horas y esfuerzos por dar puntos a la oficina y rentabilidad a la Caja. El tiempo dedicado en formar aquellos compañeros recién entrados.
Y una mañana, al sonar el despertador, es cuando .....”cerramos nuestros ojos y pensamos: Se nos rompió el amor de tanto usarlo“.....


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