jueves, 19 de junio de 2014

SE ACABÓ

Después de 138 años de historia la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, la
Cazar, la iberCaja... ha muerto en la Asamblea General de fecha 17 de junio de 2014.

Los discursos oficiales se apuntan a aquello de “el Rey ha muerto,... Viva el Rey”,
pero no es tan sencillo, ni tan bonito.

Toda una serie de fuerzas vivas y ocultas, se han aprovechado de una serie de
circunstancias, unas provocadas y otras instadas, para que las Cajas hayan
desaparecido del panorama y casi, casi,... del paisaje.

Ya se puede gritar a los cuatro vientos que se mantendrá el espíritu, el ADN y demás
palabrerío a este efecto, pero la realidad es que en un plazo inferior a cinco años, que
marca la Ley y, que según dice la Dirección no será superior a dos, la Fundación
Bancaria iberCaja (el nuevo nombre) irá perdiendo peso en iberCaja Banco hasta...
donde “losmercados” quieran, y en el mejor de los casos solamente mantendrá el
49% de las acciones del banco, que es el máximo que marca la Ley.

En dicha Asamblea, un escaso 10% de consejeros, los 11 de personal y 1 de
impositores, nos opusimos a este cajicidio. No se podía hacer mucho, porque todo
viene atado y bien atado, desde las más altas esferas del poder económico, pero por
lo menos nadie nos podrá decir que permanecimos callados.

Y en ésta evolución de Caja a Fundación si que es de reseñar la eliminación, por
“fusilamiento” con el BOE, de los dos únicos grupos de representación de la
Asamblea que elegían democráticamente a sus representantes en la Caja:
impositores y trabajadores.

Y los grupos de donde han salido, si no los culpables, si los colaboradores necesarios
para este cajicidio, curiosamente se mantienen en el Patronato de la nueva
Fundación: Entidad Fundadora, representantes públicos, personas de reconocido
prestigio,... que con las experiencias pasadas lo de “reconocido prestigio” da risa.

Pero es que además, en el caso del grupo de trabajadores, los representantes se
elegían por lista abierta. Esto, que ahora está tan de moda reclamar como el sumum
de la democracia participativa, ya se hacía en iberCaja desde hace años.

Solo nos queda trabajar y vigilar, que la entrada de capital inversor (ya se anunció
oficialmente el viernes pasado a la CNMV que se estaba en trámites para ello) no
signifique merma en nuestras condiciones de trabajo, ni en nuestra relación con los
clientes.

Pero está claro que no es lo mismo que iberCaja sostenga a ARAMÓN y se conforme
con no tener muchas pérdidas a que un inversor mexicano, venezolano, chino, árabe,
ruso o fondo de inversión de la City londinense, ponga euros y no obtenga una
rentabilidad “satisfactoria” para sus intereses (económicos, por supuesto).

Los más veteranos de la plantilla se acordarán de cuando hace muchos años la
televisión cerraba sus emisiones por la noche con un espacio que se titulaba
“Oración, despedida y cierre” y a continuación la pantalla se quedaba en blanco y
solamente se oía un pitido.
Pues eso: Oración, despedida y cierre piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

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