lunes, 10 de noviembre de 2014

EL TRAMPANTOJO DE LOS COMPROMISOS

Hemos aceptado como hecho consumado que todos tenemos unos compromisos en nuestro
quehacer, que nos limitan y nos condicionan en el trabajo del día a día.

Este es otro invento maquiavélico de quien incapaz de dirigir con dos dedos de frente y de
realidad, intenta crear a los trabajadores de esta entidad la obligación de colocar a los
clientes unos productos determinados, en cantidad, precio y oportunidad, porque “tienes
unos compromisos”.

¿Qué compromisos? ¿Quién ha adquirido compromisos por mi sin preguntarme? Lo que dice
la normativa sobre la venta compulsiva de seguros, ¿es compatible con los compromisos?
¿o solo lo pone para que el BdE se quede tranquilo?

Si te marcan lo que tienes que vender, a quién se lo tienes que vender, te dicen el precio al
que lo tienes que vender y la cantidad que hay que vender, estarán dirigiendo la empresa,
con mayor o menor acierto, y ya se verá en el resultado.

Pero si todo eso te lo convierten en “compromisos” que tú (sin haber participado en ninguno
de esos pasos) debes cumplir, te están estafando y buscando crearte la duda moral de “que
he adquirido unos compromisos y debo cumplirlos”.

Algún despacho de los vendedores de humo, de esos que tienen su parte (y no poca) de
responsabilidad en la crisis, asesores, consultores, coaching, management solutions, y
demás ralea, debieron crear y vender a buen precio, la idea de que el currito tuviera la
obligación moral de unos compromisos” y ahí estamos.

Así que cuando alguien os “intimide” con los compromisos, decirle que se deje de historias,
que aquí venimos a trabajar y no a sentirnos culpables de no vender (o colocar) lo que
algunos han decidido, al precio que han decidido, en la cantidad que han decidido y
haciendo tiempo que no pisan una oficina. Ni ganas que tienen.

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