lunes, 25 de febrero de 2008

y... UN PEINE, pero regalado.

Se nota la finalización del Plan Estratégico. Durante el pasado 2007 la directiva era crecer y crecer. Ninguna operación de pasivo debía escaparse de las oficinas. Tarifas altas, competitivas, sobreprecios que se solucionaban con una llamada de teléfono, clientes que se marchaban con cara de satisfacción, empleados que podían dormir tranquilos cuando llegaban a casa.
Se termino el año y se corto el grifo. Ahora parece que toca consolidar resultados y controlar el riesgo operativo.
De repente, el viernes 8 comunican a las 14,55 que los tipos de interés van a bajar. Todo el mundo lo esperaba, pero ni siquiera se respetaron los tipos que teníamos aprobados para el lunes siguiente.
Ahora viene lo mejor, nos han dejado los tipos a un euribor menos... (según territoriales) y además, en algunos casos, con visado previo. Tipo de interés que parece de risa si lo comparamos con lo que pagan otras entidades:
CAI 5,5, Caja Madrid 5,05%, y por encima de nosotros, casi todas.
Ahora entendemos la campaña para que los de caja reciban a los clientes con su mejor cara. Ya que no les damos precios, les daremos sonrisas.
O como el anunció televisivo de una de nuestras cajas competidoras, donde la alternativa es que una entidad ficticia regala un peine.
Y viene un cliente y le decimos que le pagamos el Euribor a un año menos... y se nos muere de risa:”Vamos hombre, estas de guasa ¿no?”.
Claro, y nuestros Jefes pretenden encima que no perdamos volumen de negocio, y que no se vayan los clientes a la competencia.
Tranquilos, todo se soluciona a final de año, haciendo un informe de todos los clientes que hemos perdido; a este paso será muy extenso. O quizás se arregle al año siguiente rebajando los objetivos (otra vez). Señores, al menos mándenos a luchar con las mismas armas, para que no estemos sintiéndonos que en las oficinas solo valemos para aguantar bofetadas: primero de los clientes, y después de los Jefes. Claro, que para eso está la fiel infantería.
Y como infantería también nos referimos a los oficiales: directores y subdirectores. Cada vez tienen menos capacidad de decisión. Menos atribuciones. Más controles. Menos independencia. Un filtro tras otro para delimitar sus competencias. Pero no su responsabilidad. Ni la exigencia de resultados, cada vez con menos medios.
¡Que envidia nos da otra caja, con la que nos queremos comparar!
No solo miman a sus empleados como personas, con sueldos todavía más dignos, con complementos a años luz de los nuestros, sino que además el planteamiento de sus objetivos es hasta racional.
Cada oficina tiene independencia siempre y cuando cumpla los niveles de rentabilidad. Su director tiene capacidad de negociar. Y de decidir. Puede pagar plazos y cobrar operaciones de activo a discreción de precios (dentro de unos parámetros amplios). Solo se le exige que su oficina tenga X beneficios. Sin perder tiempo en diversificar para cumplir el expediente, ni justificar ficheros, ni planes de acción que acaban en el fondo de algún cajón y todo lo cual hace perder tiempo y recursos. Sólo se exige resultados.
CONCLUSIÓN: Lo que se va es muy difícil que vuelva, ¿no sería mejor no dejarlo marchar?....
Porque si la infantería con sus oficiales a la cabeza, “pasa” de tanta indefinición, tanta incertidumbre y tanto mareo, no nos imaginamos a la Dirección, los jefes y jefecillos de Estado Mayor, poniéndose detrás de unaMesa y con clientes de verdad, fuego real, defender la posición. Los más cinéfilos puede recordar “Senderos de gloria” de Kubrick: que fácil es mandar.

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