lunes, 17 de noviembre de 2008

TIEMPOS DIFÍCILES II


Comentábamos el pasado jueves los malos tiempos que corren: para el negocio y para las personas.

PARA EL NEGOCIO.-

Hemos insistido reiteradas veces ante la Dirección en la necesidad de cambiar el modelo de Retribución Variable por Objetivos (RVO) ante el claro cambio de ciclo económico que se avecina, e incluso el cambio de modelo financiero. Pero no nos han hecho caso.

Ahora más que nunca se demuestra que el sistema de RVO se va a quedar obsoleto. Trabajar en una entidad financiera, no es poner tornillos en una cadena de montaje. Pasa una pieza pones tus tornillos; cuantos más tornillos pongas, más piezas se hacen, más cobras.

La RVO actual depende de que el cliente “compre”; y a veces por muy bueno que sea el vendedor, el cliente no compra; aunque eso ocurra un buen rato después de que se ha sentado a la mesa del vendedor. ¿Es por eso malo el vendedor? ¿Significa eso que el vendedor “no ha hecho nada” en ese rato? ¿Cómo se valoran todo el resto de gestiones que se hacen?

Alguien tendría que ser imaginativo y buscar otros parámetros que hagan posible la vuelta a cobrar incentivos ilusionantes e incluso posibles.

Habría que haber cambiado el sistema de RVO.
 
PARA LAS PERSONAS.-


Un director de oficina ha sido destituido porque la mora, en esa oficina, se había disparado muy por encima de la media. El análisis de cómo esa oficina había llegado a esa situación parece demostrar que algunos criterios normativos se habían transgredido.

La presión ejercida tradicionalmente por el sistema para la consecución de objetivos, puros y duros de volúmenes, hace que percibida esa presión de muy diversas formas, algunos directivos se vuelvan “locos” para conseguir los objetivos que, recordemos, se les imponen; se les han impuesto, otra vez.

No será el primer caso de directivo que un año va al Boston, premiado, y un año después está expedientado por “incumplimiento normativo”. Ahora bien, ¿qué falla para que el mismo sistema que premia, castigue?

Ese director destituido, había sido puesto como ejemplo en su zona. ¿Y nadie había notado nada raro? ¿No habrá que ejercer más labor de educación y de prevención de “riesgos laborales” que, simplemente, mandar a la auditoría, cuando ya no tiene remedio?

Y un pequeño detalle. Mientras ese director ha sido la joya de la corona, cobró sus buenos incentivos y... los de encima de él,... también.

Cuando ese director ha sido castigado (o vete a saber si “premiado”, dados los tiempos que se avecinan) SOLAMENTE él ha sido el “pagano”. ¿Es justo?

Y por acabar, en este caso y/o similares, ¿quién va a animar, invitar, “obligar”, etc.,... a alguien a dirigir esa oficina con el “regalito” que tiene en los cajones? ¿Por qué alguien que asume una oficina de nuevas, empieza lastrado por lo que ha hecho el anterior directivo? Cada vez “ponen” más difícil ser cargo directivo en iberCaja.

Habría que haber cambiado, ya, el sistema de RVO.

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