No hace falta recurrir al diccionario para saber lo que es podar. Se recortan ramas de un árbol para que en la primavera la planta tire mejor.
Pero es necesario ser un jardinero experto. No vale cortar todo lo que sobresalga o que parece feo, te puedes encontrar que solo te ha quedado el tocón.
Es lo que está pasando con determinados recortes por reducir gastos. Sí, todos estamos de acuerdo en que hay muchas cosas “no necesarias” o prescindibles, pero ¿qué perciben nuestros clientes al quitarlas?.
Podemos entender que los regalos que se daban a clientes “especiales” se hayan reducido. Tampoco sabemos lo que había envuelto en esos paquetes en papel con el anagrama de iberCaja. Si eran objetos sobrantes guardados en alguno de los almacenes, o libros de los que antiguamente se daban para el Día del Ahorro.
Imaginamos que las botellas de cava que se están enviando salen a buen precio. Y que será más fácil renegociar con esos clientes préstamos, plazos e inventos varios. Además se ha enviado mucha menos cantidad. Alguno ya ha preguntado ¿este año no me dais nada?
Pero ¿suprimir también la felicitación navideña? Porque por papel gastado no será. Quizás sería mejor analizar cuanto dinero se va a las papeleras o a destruir por los miles de folletos o cientos de carteles que tienen una escasa vida útil. O las resmas de cartas o de información de productos que por su complejidad y amenidad se tiran sin leer.
Ahora, eso si. ¿Recortar en los calendarios?. Eso es fácil: la cara ya la ponemos en la Red, los de infantería mientras que el “podador” se apunta el tanto. Ole.
¿Cuántas tarjetas navideñas y cuántos calendarios saldrían de esos carteles que hay que cambiar a los tres días? Normalmente sin que a nadie parezca preocuparle cuántos no se llegan ni a desplegar porque la oficina tiene menos expositores que carteles se le envían. ¡Ah! Pero lo de las felicitaciones será por los árboles del Amazonas, algo que siempre ha preocupado prioritariamente a nuestra Dirección.
Esa misma Dirección que piensa que se soluciona mandándolos por e-mail. Deben de pensar que como ellos son tan modernos, todas las personas que tienen dinero, y que normalmente también tienen años, manejan el ordenador con soltura. Se nota que viven en otro mundo: un universo paralelo. Y que no están en el mundo real, que es el de las oficinas y por eso no oyen los comentarios de “Tan mal esta la caja que no le llega para...”. Y antes aún teníamos caramelos para entretenerlos.
En muchas territoriales, las tradicionales cenas o “vermuts” de navidad han pasado a ser “a escote”: Ahorro. Pero sospechamos que aquí, hay mucho ¡Depende!. Depende quien organiza el sarao; depende quien tiene que ir; depende cuando se pase la nota de gastos,...
¿Qué será lo siguiente? ¿Los juguetes para los niños? ¿El jamón de la cesta? ¿Los bolígrafos habrá que llevarlos de casa?
En fin, que una cosa es podar y otra arrasar. Nos da la impresión de que es fácil cortar ramas pequeñas, pero que a las gordas e improductivas, a esas,... a esas nadie les mete mano.
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