miércoles, 24 de febrero de 2010

PREMIOS

Algunas oficinas están recibiendo CI para que sus directores las cumplimenten, y así distribuir los premios otorgados por dos campañas: una sobre seguros de riesgos y otra de ahorro-previsión.

No es que no estemos conformes con los premios. De hecho, somos de los que pensamos que todas las oficinas, y desde luego, todos los empleados deberían ser premiados.

Porque todas y cada una de las oficinas, y cada empleado de todas las oficinas han colaborado en relación a su puesto y su responsabilidad para que se hayan incrementado un 280% los traspasos en relación con el 2009, o que el incremento en contratos de PIAS haya sido del 58%.

TODOS.

Desde los que no van a cobrar en las oficinas premiadas por exceder el número de empleados al de los premios adjudicados a la oficina o sucursal, (situación que nadie nos explica convincentemente), hasta las oficinas que por un punto no han entrado, a los puntos medios por empleado; o también aquellas que se han quedado lejos. TODOS y TODAS HAN CONTRIBUIDO A ESOS INCREMENTOS.

¿Ha trabajado más un empleado que ha hecho tres PIAS y con eso ha hecho todos los que se podían hacer en su localidad peinando la plaza, o quien con una sola operación ha llegado? ¿Ha trabajado más quien lo ha ofrecido a 50 personas explicando los productos y no ha conseguido ninguna firma, quizás por mala elección de los clientes para un determinado fichero que le han adjudicado, o quien por suerte se le ha sentado ante él alguien que ya venia dispuesto a contratarlo sin muchas explicaciones?

Desde UGT decimos que creemos que TODOS merecemos ser premiados, cada uno en su justa medida. Pero quizás la manera de pagar estos premios podría ser mejorable.

Hemos recibido consultas, teñidas de suspicacias, sobre la manera de pagarlos. Hay personas que por su trabajo debían “cobrar” una televisión de plasma, por un importe que se le va a imputar, y que va a tener su correspondiente retención. A lo mejor preferirían comprarlo en el comercio de su primo y no recibirlo de una determinada empresa. O tener que gastarlo en seguros, cuando quizás, y sólo quizás, esos seguros pueden contratarse más baratos en otra aseguradora.

O tener que gastarlos en iberCaja Viajes. Entendemos que es normal arrimar el ascua a tu sardina, y además de recibir un buen servicio, siempre se quedan unas perrillas para la empresa. Pero si alguien llevara control de los vales que se dieron el año pasado se hubiesen dado cuenta de que hay muchos sin gastar. No olvidemos que tienen fecha de caducidad, no como un billete de 20 euros. Un dinero que la Caja ha pagado, al empleado se le ha imputado fiscalmente y que nunca jamás se recuperará. Y que además te obliga a gastarlo en sólo un determinado sitio; tal vez un empleado de Madrid o de Barcelona, donde no tenemos oficina de iberCaja Viajes, agradecería poder contratar sus vacaciones en la oficina de la esquina, donde tendría, seguro, un trato más cercano y, tal vez, hasta mejor precio.

Volvemos a decir que todos los premios económicos son bien recibidos, y valorados en su justa medida. Pero para evitar suspicacias de que así nos ahorramos un dinerillo ahora que recortamos por todos los sitios, hubiese sido mejor recibir una “tarjeta regalo” por el importe del premio; o todavía mejor, recibir el ingreso en nómina, que siempre viene bien para pagar esa hipoteca, ves lo que cobras y lo que realmente le cuesta a tu empresa. no ser que alguien, campaña tras campaña, esté haciendo el “agosto” al colocar a un cliente “cautivo”, iberCaja, toda una serie de productos y servicios.

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