viernes, 25 de junio de 2010

EFICIENCIA

Esta palabra es una de las que lleva a mal traer a los excelsos directivos de las empresas hoy en día. La eficiencia en el sistema financiero es la cantidad de dinero que hay que invertir para conseguir 100 euros de beneficio, y por eso cuanto menos dinero sea necesario, más eficiente es una empresa y mejor se la considera.

Hay dos formas de mejorar la eficiencia: aumentar ingresos o disminuir gastos. Y de las dos la más fácil es disminuir gastos... de los demás.

Viene esto a cuento de que en una zona, de una territorial de la que ya hemos hablado otra vez (ver hemeroteca), se le ha ocurrido al líder carismático la genial idea de que para “ahorrar” cuando convoca a sus directores a una de esas reuniones tan productivas, tan válidas y tan interesantes, por la tarde (of course), que se agrupen los “invitados” en varios coches. Nada se ha dicho, del que tenga que hacer de taxista, si esto le supondrá algún plus.

¿Sabe el líder carismático de la existencia de la multiconferencia telefónica? ¿qué se pretende con esas reuniones? ¿trabajar? o ¿sometimiento a los caprichos puntuales y repentinos del líder? Porque si lo que se pretende es dar instrucciones o pautas de trabajo, con una multiconferencia y correo de grupo a la vez entre 14 y 15 horas debería ser suficiente. Mucho más barato, mucho más cómodo, mucho más... eficiente.

En el otro caso, en el de convocar por ¿capricho? ¿hay que pensar mal?. Tomen nota todos los niveles de “eficientes convocadores”.

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