jueves, 10 de junio de 2010

PROXIMA ESTACIÓN: ¡¡ RECORTE !!

Los máximos responsables políticos de nuestro país han estado en la cresta de la ola, surfeando, hasta que ésta ha perdido fuerza y se han acabado dándose de cabeza nada más llegar a la playa. En realidad es que ahora todo el país, principalmente la clase trabajadora, se acabará comiendo y masticando la arena de la playa.

La crisis que nos agobia comenzó en verano de 2007: nos hicieron creer que era una crisis importada, cuando en realidad el único importado fue el toque de alarma. La crisis era nuestra y bien nuestra, era una crisis del sistema económico, de la mala planificación económica.

La crisis es de 2007, y la mayoría de países empezaron a adoptar, prontamente, soluciones. Mientras aún, aquí en España, un año después, el jefe del Gobierno sacaba pecho, a finales de junio de 2008, porque se había superado a Italia en producto interior bruto por habitante.

En las elecciones de 2008 se pasó de puntillas por encima de la crisis que se estaba desatando. Recordemos las manifestaciones de Solbes hablando "de una ligera desaceleración", negando la crisis. También podemos recordar las manifestaciones del Presidente del Gobierno presumiendo de tener la mejor banca del mundo, y dando lecciones de como lo había hecho bien nuestro supervisor, el Banco de España, obligando a hacer dotaciones en época de bonanzas.

Pero, la verdad, la realidad, es tozuda y persistente y acaba poniendo las cosas en su sitio. De una ligera desaceleración hemos pasado a la crisis más importante de los últimos 70 años. De tener la mejor banca del mundo, la más saneada, estamos corriendo, sin saber muy bien en qué dirección, a salvar las entidades, de momento las cajas, pero viendo el panorama del "todo llegará".

Mientras la ola, de la que hemos hablado al principio, perdía fuerza, los trabajadores ya íbamos sufriendo los efectos teniendo un alto porcentaje de desempleo, que ya venía de hacía más de un año y con el sufrimiento ya bastante extendido. Mientras el "surfista" aguantaba aún sobre la tabla prometiendo dispendios para los que no tenían ingresos.

Ahora, cuando el morrazo ha sido de campeonato, la solución de siempre: recortar por donde es más fácil, por dos sencillas razones: primero, porque de no pensar el cerebro se atrofia y segundo, por cobardía.

Este es un gobierno que es fuerte con los débiles y débil con los poderosos: es un gobierno cobarde. Por otra parte, han tenido el margen de tiempo suficiente para pensar las soluciones adecuadas, pero entre la cobardía, la falta de práctica en el pensar y la comodidad y autocomplacencia que da el poder, no han sido capaces de hacer los deberes.

Ahora, a recortar a los que aún no habían sufrido directamente, porque los trabajadores, como hemos dicho antes, ya hace tiempo que la entonaban y perdían sus puestos de trabajo.

Combatir el fraude fiscal o la economía sumergida, que no hace mucho el Ministro de Trabajo cifraba en torno al 20%, es más difícil que recortar las pensiones a los abuelos. Después, continúan con el populismo de más baja estofa, recortando el sueldo a los funcionarios. Lo que quizás "gusta a alguien de la parroquia" olvidando que funcionarios son los trabajadores de la sanidad o la educación. "No todos los funcionarios son subsecretarios de ministerios o directores generales", sencillamente son empleados públicos y nada más.

Otra cosa es reducir el gasto suntuario, las dietas, los cargos de confianza que llenan y sobresalen de nuestras administraciones, etc.

Recortar en gasto público, en pensiones, en ayudas para los ancianos, en infraestructuras necesarias para el desarrollo económico, es de prepotencia, es "pan para hoy y hambre para mañana". Es sobrevivir,... el sobrevivir de los poderosos a costa de los más débiles.

Esto no lo podemos tolerar, no podemos tolerar que esta crisis la paguen los de siempre y que los responsables de haber llegado hasta aquí se salven sin que nadie les diga nada.

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