El Plan 2005/2007 resultó afectado por el principio de la crisis inmobiliaria; el Plan 2008/2011 se ha quedado viejo antes de acabar por el cambio drástico en el entorno económico y financiero.
Los últimos días la plantilla ha estado con el alma en vilo oyendo y valorando rumores de todo tipo y tamaño, hasta que en un acto publico el jueves 17, al Presidente le preguntaron y el Presidente habló.
Y dijo lo mismo que venimos escuchando desde hace meses: el ADN, la fortaleza, la solvencia, el control del riesgo, las oportunidades,...y que no había fusión con nadie.
El viernes siguiente inmediato, fueron citados previamente todos los territoriales y demás equipo directivo, el mensaje fue el mismo. Al mismo tiempo se dan instrucciones para que transcienda en cascada a toda la plantilla y se cita a losrepresentantes sindicales para el miércoles 23. Y el 25 carta a toda la plantilla.
¿Y cual ha sido el mensaje? Pues como no podía ser de otra manera... el mismo.
¿Pero es válido ese mensaje con la que está cayendo alrededor? ¿Podemos seguir manteniendo el tipo, cuando TODO el resto del sistema financiero se reestructura?
Y no vale decir que hay que trabajar más y mejor. Eso ya lo hace la plantilla. A lo mejor hay que reclamar una dirección más imaginativa y, sobre todo, más rápida en la toma de decisiones.
El Director General ha insistido en lo que todos ya sabemos, en mejorar la rentabilidad, la eficiencia,...pero ¿va a ir esto acompañado de un cambio, tan drástico como el momento requiere, en la forma de hacer y tomar decisiones estratégicas?
Porque si no, todo el esfuerzo de la plantilla vale para poco. En unos meses en el mercado va a haber toda una serie de entidades, que con ayudas del FROB, habrán mejorado sus estructuras, habrán disminuido sus gastos operativos, habrán rejuvenecido su plantilla y ello les puede permitir hacer políticas comerciales más agresivas, porque además estarán acuciados por la necesidad de devolver las ayudas recibidas, aunque solamente sean los intereses.
Pretender que más de 3000 empleados de la Red, tengan que invertir una parte importante de su jornada de trabajo, o de su tiempo libre, en hacer y rehacer informe tras informe, para que la Dirección sepa, lo que ya debería saber, no es la mejor forma de encarar una nueva época.
Y esperar a ver que pasa mientras seguimos alardeando de ADN, de solvencia, de fortaleza, de liquidez, y apretamos a la plantilla con exigencias cada vez mayores no sabemos si es la mejor solución.
La plantilla de la Red necesita una dotación adecuada de personal en las oficinas, y si para eso hay que reestructurar la Red, dígase claramente y expóngase un plan. Incluso un plan de prejubilaciones por el que clama una parte importante de la plantilla (del anterior y único ya hace diez años).
Necesita productos competitivos y accesibles, sin cupos, y sin media docena de permisos; necesita un calendario que se cumpla de previsiones y proyectos; necesita que la información y la crítica fluyan hacia arriba sin tantos condimentos, apaños y prevenciones como recibe ahora en zonas y territoriales; necesita, en fin, una Dirección ágil y resolutiva.
No sabemos si es mucho pedir. Pero es lo mínimo que podemos pedir para los casi 5000 de la plantilla, que después de los discursos y de las aseveraciones más rotundas, se encuentra con “la otra realidad” en las oficinas.
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